Filosofía del Yoga: Atman, Purusha, el Ser

“Conocerse como el Ser que está debajo del pensador, la quietud que está debajo del ruido mental, el amor y la alegría que se encuentran debajo del dolor, eso es libertad, salvación, iluminación”. 

Eckhart Tolle

Cambiando la Mirada sobre nuestro Ser

El Ser, nuestro Ser, es plenitud, plenitud de ser. Allí se encuentra la máxima densidad de ser. Entonces, allí dentro, no falta nada, no hay necesidad de nada.


Como normalmente estamos instalados en el ego, sentimos carencia, falta de ser, necesidad de algo que hay que ir a buscar a alguna parte … Eso es el ego, la periferia de nuestro Ser. Esos deseos, carencias, no son nuestro verdadero ser.

Nuestra mente es muy repetitiva con esto, con creer que siempre falta algo. Todo el tiempo y por todos lados somos bombardeados con los mensajes que expresan esas creencia. Los padres, la escuela, los gobiernos y sobre todo la publicidad machacan con esta forma de mirar y temer hasta el cansancio.

Necesitamos hacer un trabajo muy sólido para ir cambiando esa noción del ego en un instalarse en la abundancia y felicidad del Ser.

El Ser, tu verdadero ser, se siente bien como está, está en paz y en armonía en el lugar y en las circunstancias en las que está.

La persona instalada en su Ser, iluminada, de todos modos realiza acciones, por ejemplo sus obligaciones y responsablidades, o actos que ayudan a otros, o que mantienen la vida, pero las realiza desde una simpleza interior, sin ansiedad, sin rechazo, sin apego, simplemente las realiza, lo mejor que puede … y en su interior hay paz, quietud, belleza. Esa persona no depende del éxito de esas acciones para sentirse valiosa, tranquila o feliz. Se siente satisfecha con cualquier resultado que tengan esas acciones. Recordemos el Karma Yoga, se practica la ejecución de acciones sin atarse a los frutos de la acción, consciente de que se es un ser infinito, y el cuerpo-mente juega un rol, juega un juego, juega una vida individual, pero la realidad del propio ser es algo mucho más vasto, la vastedad total.

Esto que probablemente parece un estado extraño y poco humano, es lo que nos ofrece el Yoga: un sentirse interiormente pleno de bienestar sin tener que perseguir ni oponerse a nada. Este es el único estado verdaderamente libre de estrés, porque el interior de la persona no lo genera al no sentir la compulsión de perseguir, defender o rechazar nada.

Es rigor, es el estado de máxima libertad, pues no eres esclavo ni de tus deseos, ni de tus miedos, ni de tus (falsas) necesidades.




“Un hombre realizado se halla más allá del elogio, la alabanza, la culpa … y está siempre contento con lo que le depara el destino. Él extrae felicidad tan solo del Atman” (swami Tapasyananda, resumen del Mandukya Karika de Gaudapada)